miércoles, 27 de marzo de 2013

SEMBLANZAS DEL COLEGIO SAN GABRIEL



En 1997, cuando cursaba el 5º año en el Colegio San Gabriel, nos dieron la primer noticia interesante por parte de la Gran Institución: “Íbamos a tener clases de educación sexual”, dictadas por un doctor y su esposa.
Las expectativas eran muy grandes, ya que este tipo de enseñanza en un colegio religioso no era nada común y por supuesto imaginábamos clases muy formales y muy aburridas (nosotros nos encargaríamos de divertirnos).
Llegó el gran día, todos estábamos sentados en la sala de proyecciones, esperando al Doctor y su Señora, y por supuesto organizando la diversión. Debo reconocer que ya al entrar nos sorprendió con su aspecto, el cual era totalmente informal, desajustándose a los parámetros de la “Gran Institución”. Y siguió sorprendiéndonos ya que sus “charlas” (observen que no las llamo más clases), era una “Caja de Pandora”, espectacular. La Gran Diversión había empezado. Hablaba clarísimo (criollo básico), y tanto sus ilustraciones, diapositivas y todo su material eran tan realistas que a veces impresionaba (parto en diapositivas).
Un día charlamos sobre enfermedades venéreas (horrible), y para que la charla sea más amena, el Doctor, organizó la representación de un scketch. Llamo a 2 compañeros que representarían un matrimonio, siendo el marino mercante y ella ama de casa (Ricardo Talone y Mariana Romeo). A Ricardo, el Doctor lo llevó aparte y le habló. La situación se desarrollaba en la casa del matrimonio, cuando Ricardo volvía de un viaje. Por supuesto, la noche del regreso, fue de festejo para ambos, (se entiende no?). Al otro día, mientras desayunaban, Ricardo comienza el relato sobre su viaje. La charla se pone pesada cuando Ricardo confiesa entredientes que en una isla del Caribe, había tenido un encuentro amoroso con una isleña. Mariana se sorprende y empieza a tomar temperatura (recuerden que Mariana no sabe nada de lo que le contaría Ricardo). Pero la cosa se pone más emocionante cuando Ricardo confiesa que es portador de una enfermedad venérea, que le transmitió la susodicha isleña. La reacción de Mariana fue espectacular, no solo lo insultó, sino que le pegó. Ahí el Doctor intervino, indicándole a Ricardo como debía calmarla para que juntos pudieran solucionar el problema. Si bien esto fue sumamente divertido, fue especialmente didáctico, ya que hoy después de 22 años me acuerdo perfectamente de todas las situaciones y enseñanzas de aquellas charlas. Esa era la mejor forma de enseñarnos. Luego de una impecable introducción del tema del día, nos hacia participar a todos plenamente en situaciones de las cuales se desprendía de que se trataba la enfermedad, de sus riesgos, como se transmitía, las consecuencias, y lo mas importante fue aprender a como enfrentar y resolver las situaciones. Podría seguir escribiendo, pero creo que lo único que resta agregar, es que ese doctor del cual les hable, es hoy el pediatra de mis hijos y se llama Jorge Washington Díaz Walker. Para los que lo conocen no tengo mas que decir, para los que no lo conocen, no se lo pierdan.

 MARISA RUGIATI, 27/05/1999


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